The lobster, the match (tinder) y la cacería de los cuerpos
- J.D.J
- 23 feb 2019
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 25 feb 2019
The lobster, the match (tinder) y la cacería de los cuerpos
Queridos lectores internautas hoy les traigo una apreciación sobre la película “La langosta” (2015) del artista Yorgos Lanthimos, surgieron varios interrogantes luego de ver esta película, recientemente cargada en la plataforma de Netflix, de mas esta decir que este director ya nos tiene acostumbrados a su visión crítica sobre la sociedad actual, específicamente de la Grecia contemporánea, esta película no es una excepción.
La primera escena es un impacto para uno como espectador, el asesinato de un animal provocado por una mujer, que no vuelve a aparecer en el resto de la película, luego podremos descifrar de que se trata de un acto de compasión, al menos esa es mi interpretación.
Más adelante en la película, se plantea la siguiente distopía exacerbada (muy cercana a nuestra cultura actual) un mundo en donde es ilegal no estar en pareja, hay un mandato establecido dentro de este mundo en el cual las personas se ven obligadas a conseguir una pareja, con un plazo determinado (aproximadamente de 45 días) dentro de este plazo los sujetos denominados solteros, permanecerán encerrados en una especia de hotel en donde deberán conocer a su “match ideal”, en la lengua hispana sería un buen partido, donde hay un sinfín de reglas, voy a citar algunas de las que recuerdo, entre ellas para poder ser registrado debe elegir una preferencia sexual, heterosexual u homosexual, cuando vemos al protagonista David preguntarle a la encargada si puede elegir la bisexualidad, esta le responde que esta preferencia había sido eliminada puesto a que trajo problemas operativos, creo que está claro como Yorgos juega, con su ironía característica, con este gran debate social sobre el género que se viene generando desde hace unas cuantas décadas, la encargada le aclara otras reglas como que los solteros no tienen permitido utilizar ciertas instalaciones; luego vemos a David y a otros solteros aguardar en una sala de espera donde a todos les piden sus pertenencias, quedan literalmente en ropa interior. Ya dentro de la habitación INGRESARA una especie de gerente a indicarle que debe elegir un animal de su preferencia para que el sistema pueda conseguirle a la candidata que encaje con esta elección, David opta por un crustáceo, la langosta y dice lo siguiente: “viven más de 100 años, tienen sangre azul como los aristócratas y permanecen fértiles toda la vida, además el mar me gusta mucho (…)” de entrada nos insinúan que si los solteros no logran emparejarse serán convertidos en el animal que eligieron, lo sabemos cuándo en la recepción D. nos cuenta como su hermano no pudo lograrlo y ahora es el perro que siempre lo acompaña (Bob).
Esta introducción, un tanto excéntrica sin dejar de asomarse a la realidad que nos habita, nos sumerge en el delicado mensaje que se propuso el Sr. Lanthimos con esta obra maestra, existe un mundo dividido, por un lado existen las parejas y al otro lado están los desgraciados y humillados solteros, es de destacar, como ambos sectores se excluyen mutuamente, dejando al sujeto en un destino trágico.
¡Que comience la cacería!
Así es, están leyendo eso, una cacería entre los participantes solteros, la cual consiste en ganarse unos días mas de esa vida dentro de donde se encuentra alojada esta pobre gente, o peor aún donde están desalojados, no nos olvidemos que son los “anormales” de esta sociedad, sin embargo no podemos olvidar la otra cacería, más sutil si se quiere, y es la cacería por el emparejamiento, encontrar a esa persona “igual a uno mismo”, si es eso posible, pues uno nunca es siempre el mismo, en fin, vemos al pobre D. intentarlo para sobrevivir, y comienza a acercarse a una mujer cruel y fría, una harpía que con tal de ganar esta inútil batalla, no le importa herir a sus compañeros y tener que sacrificarlos. Estas escenas de cacerías, en particular, me hicieron pensar en las distintas artimañas aplicadas actualmente por las personas para encontrar a “ese match” a través de diversas redes sociales, traigo a comparación tinder, pues quizás es la más conocida por estos propósitos obstinados que utiliza para encontrar-te (el sistema) una pareja, quiero realizar un paréntesis aquí mismo, al referirme a pareja, no solo me refiero a la búsqueda por esto que se denomina como el amor romántico, o la misma monogamia pactada legalmente como el camino correcto, prefiero no sesgarme con estas clasificaciones de los lazos humanos, pareja puede ser para pasar una noche, para compartir algo más que el sexo, o simplemente una utopía, ¿existirá la pareja ideal? Como aquel mito del andrógino en donde cada mitad se busca eternamente, volvamos…
Nuestro amigo D. prueba suerte con esta mujer harpía a la cual cree que puede ser su salvación, si logran emparejarse, podrán construir una vida fuera de esa isla de solteros en la que se encuentran, Él intenta imitar el comportamiento de ella, pero lo abruma la tristeza el día en que ésta mata de un modo muy cruel a su hermano Bob, D. ya no puedo ocultar el dolor por la muerte de su hermano, intenta esconderse, pero ella lo descubre y decide denunciarlo a las autoridades por haber fingido ser “el ideal” .
David toma una decisión que le marcara otro destino para su vida, va a liquidar a esta mujer y fugarse, con la ayuda de una mucama del programa (que luego nos enteramos es una infiltrada de los marginados que viven en el bosque).
Lo interesante de esta crítica que hace el director no es solo como los sujetos se ven obligados a tener que emparejarse, sino el modo en el este mandato puede llegar a cobrarse deseos, fantasías, poder amar y hasta disfrutar de la sexualidad, ya que los solteros deben permanecer en total abstinencia, no es un cliché repetir como las redes sociales y los medios en general fabrican subjetividades, vivimos trágicamente en un mundo neoliberal y políticamente caótico, donde por un lado se vende la idea de que estar soltero es lo mejor del mundo, pero por otro lado se inventan diversos dispositivos, de control si nos ponemos foucaultianos, para conseguir un buen partido, ya que siguiendo el sarcasmo de la película “nadie quiere morir solo” mucho menos convertirse en un animal.
Cuando creíamos que nuestro protagonista podía exiliarse de esta sociedad enferma, se encuentra con que los marginados tampoco permiten el emparejamiento con quien desees, y deberás permanecer soltero, sin crear ningún tipo de lazo humano, más que para sobrevivir, hasta aquí se me abrió la pregunta casi fundamental que atraviesa toda la película ¿es posible vivir sin amar? Freud nos dijo que caemos enfermos al no poder hacerlo, y paradójicamente si el sujeto decide amar sufrirá, así que de una u otra manera, vamos a padecer, el tema es como optamos por hacerlo.
Yorgos le da una oportunidad a su desgraciado personaje, y vemos como este se enamora de una compañera del grupo de los marginados, pero ya no para salvarse, sino para quizás, pienso yo, darle algún sentido a su existencia, inventan su propio lenguaje, como lo hacen todos los enamorados, donde se ponen en juego el intercambio de gestos, miradas y sonrisas cómplices, el Otro no los puede ver, eso creen ellos, disfrutan de esta clandestinidad, de hecho este es su pacto como amantes, puesto si alguien sabe esta verdad (la de que se puede amar) podrían perder la vida. En este clímax de la película, no es casual que se llegue a un grado único de metáfora, desde este juego de niños que es el amor, hasta la ceguera de la amada de David, como castigo por haberse enamorado, así como demanda una canción de Sabina “Amor se llama al juego en que un par de ciegos juegan a hacerse daño”.
Como verán esta película no tiene ningún desperdicio, eso sí quien decida verla, deberá necesariamente soportar la angustia que la misma causa, este es un tipo de cine que nos deja pensando por días, en mi caso deseando que este director realice más películas que nos hacen cuestionar nuestra realidad y los lazos que estamos creando en el día a día, o mejor dicho en cada desplazamiento del dedo por la pantalla de la famosa Yesca (logo de tinder)
J.D.J
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