Todas las historias terminando hablando de amor: reseña y análisis de "Anatomía de una Caída"- "Vidas Pasadas"
- J.D.J
- 11 mar 2024
- 6 Min. de lectura

Sera que todas las historias son historias que hablan del amor, esta frase que le pertenece a Julia Kristeva, me hizo pensar en el siguiente análisis de estas dos películas, que difícilmente lleguen a poder catalogarse como dramas románticos, la primera Anatomía de una Caída, mas bien es un suspenso que nos adentra a la mente y el desasogiego de la protagonista Sandra (Sandra Huller) tras ser acusada de haber matado a su marido y del cual el único testigo es el hijo no vidente llamado Daniel. En todo el despliegue del film se puede apreciar los interesantes debates y juicios de valor (aun en la Justicia) que se le hace a Sandra, algo que supo manejar con perfeccion la directora Justine Triet (de la cual recomiendo vean sus otras películas, pues descubre como evocar sutilmente la lógica femenina histérica).
En algunas escenas se puede ir pensando en que la directora no nos dejara con una lección de vida ni nada que se le parezca, todo lo contrario, nos hace pensar acerca de la complejidad de las relaciones de pareja, como una puede desboronarse en cuestión de años, minutos o instantes, sin que los integrantes de la misma lleguen, incluso, a darse cuenta, en eso es tan fuerte la escena de la discusión entre Sandra y Samuel, ambos hablan distintos idiomas, una falla en la comunicación, mas allá de lo lingüístico, no poder entenderse ni sentir lo que el otro, si hay algo mas mezquino que la culpa, es el resentimiento. Mas de unos cuantos que estuvieron o incluso están en pareja y alguna vez discutieron con esa profundidad habrán sentido cierta familiaridad con tal escena.
Ambos padres han fallado, me preguntó ¿quiénes no?, cada uno asume como puede la culpa de haber dejado ciego a su hijo. Tras un accidente, en el cual Daniel debía de quedar al cuidado de su padre, pues Sandra tenia una importante entrevista de trabajo, el decide cambiar de planes a último momento y llamar a una niñera, cuando la niñera estaba con el niño sufren un accidente de transito y alli Daniel tras el impacto pierde la vista por un traumatismo en el nervio optico.
Este duelo por no haber sido ellos quienes debían proteger al niño, los atormento por unos años, esa es la primera caída, si se quiere, caída del ideal de padres perfectos, cada uno busca refugiarse de distinta manera ante este horror, por momentos parece que Sandra lo logra, disfraza esa angustia con sus éxitos, se convierte en una talentosa escritora y no deja nada a medias, trabajo que se le presenta, lo cumple, tal es asi que su personaje da la apariencia de una mujer fria y distante, casi no vemos a la mujer que por destellos aparece con la figura de su amigo abogado, quien intenta acompañarla y defenderla, es su sosten en este momento del juicio.
Sabemos que en un juicio nunca se devela la VERDAD ABSOLUTA, pues la misma no existe, en tanto sujetos del lenguaje, cada quien con su discurso evoca un punto de vista distinto, a veces coincide con lo que el otro espera escuchar, pero, mas de las veces, se equivoca, se produce un constante malentendido, del cual ninguna pareja puede escaparse.
Y si bien la película fomenta descreer todo el tiempo del relato de la madre, quien es acusada a la vista de la sociedad, como alguien abocada en su trabajo, dejando de lado las tareas de una esposa atenta, cabe resaltar que esto fue gracias a la grabación de la cinta que hizo Samuel acerca de algunas de sus conversaciones privadas, pues claro, un vano intento de recuperar algo de su orgullo viril por quedar a la sombra del éxito de Sandra, a quien acusa de haberle robado una historia que el sin mas abandona, hecho de la cual la culpabiliza, como si ella fuera la causa de todos sus males, manipulación psicológica sutil y dolorosa que nos muestra Triet, como algo tan sutil como eso puede convertirse en un arma de guerra entre dos.
Daniel, testigo de la frialdad con la que se maneja su madre, intenta alejarla de el, para poder dar un testimonio imparcial, prácticamente dejan en sus manos y en su relato, a quien se va a condenar, al muerto no claro, queda la madre entonces, en esta línea no se sabe que decidirá el pequeño, puede quedarse huérfano matando simbólicamente a esa madre totalizadora, o intentar salvarla de su propia melancolía, no es una decisión fácil para un chico de su edad, es casi similar a cuando el juez le pregunta a un niño, ante un juicio por la tenencia, a cual progenitor prefiere para convivir, y debe tomar una decisión en pos de su deseo, también es una apuesta sin garantías, pues no hay ni padre ni madre totalmente bueno, todos tenemos fallas en ese sentido y los sujetos son cambiantes.
Aquí me pareció muy interesante esta triada que establece la directora Sandra-Daniel-Samuel (Triada edípica) que se puede comparar con esta otra triada en la que nos envuelve “Vidas Pasadas” (Celine Song) en la cual la vida de Nora/Nae Young - Arthur Zaturansky - Hae Sung se entremezclan de una forma como si fuera a través del tiempo. Un amor de dos niños de primaria que ni se pudo dar, pues a esa edad aún no se entiende lo que es entregarse por amor, con un simple adiós se despiden los amigos, pasan varios años hasta que se reencuentran mediante Facebook, Nora se da cuanta que Hae Sung la había estado buscando, y ahí es cuando ella decide contactarlo. Intercambian a través de videollamadas unos encuentros íntimos muy románticos, como cuando hablas de como te fue en el día, ella con cierta sospecha de si ese acercamiento, da que a la distancia, ya que ella ella en Nueva York y él sigue en Seúl…le está generando una falta de poder compartir el calor se su cuerpo, las palabras no son suficientes, se necesita un cuerpo para amar, allí es cuando Nora decide decirle a su amigo que prefiere que no hablen por un tiempo, pues ella esperaba que el dentro de 1 año cuando finalice su estudio como ingeniero vaya a buscarla, eso no ocurre, Nora intenta rearmar su vida como puede, se dedica a escribir y se muda a una casa que aloja a varios artistas, allí es donde conocerá a su futuro esposo Arthur, intercambian sus intereses y Nora comienza a sentir que él puede entregar ese amor que ella estaba esperando. Pronto deciden casarse para obtener la visa de Nora así permanezca en EE.UU. Van a convivir juntos y todo parece funcionar para esta pareja, hasta que parece Hae sung se visita a NY, el reencuentro tan dilatado y espero por fin se confirma concreta, ninguno parece poder arriesgar algo más que esa amistad que sugiero mantener durante tantos años, cada uno se cuenta cómo vivió el uno sin el otro. Nora le cuenta que se casó y Hae Sung que si bien estuvo de novio, se separó por no ser un buen partido para esa chica (En Corea es muy frecuente que los matrimonios tengan una buena dote, sobre todo para la familia de la novia)
Ambos se preguntan por la felicidad, sin obtener una respuesta satisfactoria.
Nora en un momento le dice que es niña que ella fue y que el conoció, se quedó en su recuerdo y que ahora ella había decidió continuar con su vida, Hae sung comprende ahí que se perdió la oportunidad de explorar a esa mujer (quizás con la que fantaseaba algún día conseguir)
En esa pausa, vino la despedida, “podríamos haber sido pero no fuimos” como los senderos que se bifurcan y se abren otros universos. Ellos ahora son un imposible, lo único que cada uno espera del otro es no alterar esa vida que cada uno supo construir sin él otro.
En eso pensaba cuando en Anatomía de una caída el esposo la culpa de no haber podido avanzar en su vida por tener que lidiar con el hijo, y Sa dra le responde que él asumió esa culpa y dejó de lado su deseo de ser escritos
Me parece que en una relación los deseos van cambiando, y cada quien busca salvarse como puede porque nos duela o no el “fueron felices por siempre no existe” no existe sino se reinventa. Si solo uno lleva a cuestas el dolor del otro.
“En todas las ficciones, cada vez que un hombre se enfrenta con diversas alternativas, opta por una y elimina las otras(...)” (Borges, J.L- “El jardín de senderos que se bifurcan”)
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